La Asociación

Somos una asociación sin ánimo de lucro que trabaja con niños, jóvenes y adultos del barrio de Los Sotos Bajos de Higüey, República Dominicana.

Nuestro objetivo es ofrecer un espacio humanitario de mejora y superación en general, potenciando la participación y la cohesión del barrio, llevando a cabo los diferentes proyectos.

Cuando llegamos al barrio de Los Sotos Bajos de Higüey pudimos detectar muchas problemáticas sobre la desprotección legal que sufre la infancia, el analfabetismo de la gran mayoría de la población adulta, la falta de recursos económicos para poder hacerse cargo de las medicaciones necesarias para la correcta cura de las enfermedades infecciosas y un deterioro y abandono de la infraestructura que sufre el barrio, entre otras muchas cosas. Vimos de primera mano que la realidad del país es otra que la que aparenta, ser un país caribeño de bachata y ron.


Dicen que todos los principios son difíciles. Nosotros cuando llegamos a la puerta de la escuelita no había nada, era un local de ladrillos y cuatro sillas. Debido a este deterioro y la falta de profesionales, hacía que el número de niños fuera muy reducido.

Lo primero que hicimos fue invertir en una infraestructura, es decir, dar a ese lugar una imagen de escuela. Se compró mesas, sillas, pizarras, material escolar, juegos didácticos, etc.

En el momento de la verdad, a la hora de impartir clases la primera problemática fue que muchos niños no sabían ni cómo coger un lápiz, la mayoría no leía ni sabía escribir su nombre. Después de ver esto dividimos los niños por cursos y hicimos una programación y plan de estudios adecuado a las diferentes edades.

Otro reto muy difícil fue buscar buenos profesionales que diesen continuidad al proyecto cuando nosotros volviésemos a España. Después de meses de entrevistas y pruebas, la escuela formó su equipo de profesionales formado por dos profesoras, una directora y una ayudante infantil. Este equipo está supervisado por el AMPA creada por padres y madres de los niños.

Los días pasaban y las necesidades se empezaban a detectar, la escuela necesitaba un wc, así que nos pusimos manos a la obra y construimos uno provisional. Luego el patio, el de la escuela estaba inutilizado y los niños jugaban en el calle hasta que con la ayuda de la asociación de vecinos del barrio lo arreglamos.

Poco a poco observamos que muchos niños no hacían los deberes porque sus padres no sabían tampoco ni leer ni escribir y no los podían ayudar. De aquí surge el proyecto de alfabetización para adultos. Otro problema en el rendimiento de nuestros niños era que venían a la escuela sin haber comido nada y estaban con las defensas bajas. Así que decidimos dar el desayuno al turno de mañana y la merienda al turno de tarde.

Así pues pueden ver el trabajo constante y las necesidades que van surgiendo, es por eso que hemos formado la Asociación Juntos Podemos Superarnos y pedimos vuestra colaboración para poder dar respuesta al barrio de los Sotos Bajos.

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